viernes, 21 de octubre de 2016

Waynabox viaje a Lyon: domingo - DÍA 3

Por la mañana abandonamos el hotel, dejamos nuestro equipaje en la recepción y quedamos en pasar a buscarlo. Regresamos a la plaza Terreaux para visitar el museo de Bellas Artes, ya que el viernes cuando llegamos visitamos los jardines del museo pero iban a cerrar y no entramos. Cogimos el metro  hasta  Hôtel de Ville (Ayuntamiento), recordemos que además del ayuntamiento, en esta plaza está el museo de Bellas artes  y la fuente Bartholdi.


Museo de Bellas Artes


El Museo de Bellas Artes de Lyon, en Francia, es el principal museo de la ciudad y uno de los más importantes del país, después del Louvre.



El museo cuenta con colecciones de antigüedades, objetos de artes decorativas, desde la Edad Media al siglo XXI y pinturas de artistas de la talla de Rubens, Rembrandt, Monet, Van Gogh, Picasso o Matisse, así como algunas esculturas de Canova o Rodin.



Ocupa el antiguo Palais Saint-Pierre (Palacio de San Pedro), un antiguo convento de los siglos XVII-XVIII en el centro de la ciudad, en la Place des Terreaux.



Al entrar a este edificio, me sorprendió encontrar detrás de los muros centenarios de esta antigua abadía un bonito jardín, con parterres, tilos, abedules y un gran roble.


Se accede por el antiguo claustro de la abadía del Siglo XVII. En este espacio interior cerrado, las religiosas podían disfrutar del exterior. 






Después de la Revolución y la marcha de las religiosas, el claustro se abre al público. Bajo las arcadas, exponen las inscripciones y fragmentos de arquitectura antiguas del museo lapidario.




Una primera reorganización del jardín se realiza a partir de 1832. Colocan encima de las arcadas moldeados de los frisos griegos del Partenón (Atenas) y de los Nereidas (Xanthos).




El estanque central es circular y está dominado por un sarcófago antiguorodeado de plantas exóticas y de estatuas de  santos Miguel y Gabriel, de la diosa Minerva, la Concordia...

Estanque central con sarcófago


Atravesando el jardín, accedemos directamente al hall del museo,  y de aquí a las exposiciones: escultura, pintura, antigüedades, medallero, etc.

Esculturas:


Augusto Rodin. El beso

 




Antigüedades. Egipto


Egipto. Ataúd de Isetemkheb













Vidriera de San Jorge y el dragón


Pintura:

Paul Gauguin. Nave Nave Mahana



El Greco. El Expolio

Zurbarán. San Francisco de Asis

                 Joseph-Désiré Court. El diluvio




El horario de apertura es de 10:00 a 18:00 de miércoles a lunes, salvo los viernes, que abre a las 10:30. El primer viernes de cada mes (salvo agosto) el museo permanece abierto hasta las 22:00.


Al finalizar la  visita al museo cogimos el metro y nos bajamos en la Croix-Rousse

El Barrio de la Croix-Rousse


El metro nos dejó en la calle principal  el Boulevard de la Croix-Rousse, una amplia avenida con cafés y terrazas donde todas las mañanas (excepto los lunes) se monta un popular mercado de productos frescos. A 400 metros de la place de Tapis, caminando por el Boulevard des Canuts, llegamos a uno de los frescos lioneses más conocidos y probablemente más grandes: el Mur des Canuts, que recrea la vida cotidiana en el barrio. Como ya lo habíamos visto en nuestra ruta  en el tren, no volvimos a visitarlo.

Mur dels canuts

Este distrito es una extensión del centro de la ciudad y también se encuentra inscrito en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. En sus calles se conservan algunas casas de los siglos XV y XVI, la Iglesia de San Bruno de los Cartujos y algunas de los característicos traboules de Lyon, muy utilizadas por los artesanos de la seda, que se establecieron en estas calles en el siglo XIX.
Además, a lo largo de las empinadas calles hay numerosos miradores que ofrecen bonitas vistas panorámicas de la ciudad, así como bonitas tiendas de artesanía

Hay un museo de tejedores de la seda, la Maison dels canuts, pero el domingo está cerrado.




De aquí nos dirijimos hacía la calle Montée de la Grande-Côte, una de las calles peatonales más bonitas de la ciudad, con sus edificios de colores suaves. Es una zona de artesanos y bohemios. Aunque el domingo estaban las tiendas y los talleres cerrados.











En esta calle nos paramos a comer en un restaurante libanés dónde coincidimos con 4 maños (una pareja joven con un niño de 3 años) y otro chico, que estaban viviendo y trabajando en Lyon. Y cómo estábamos sentados en la misma mesa, estuvimos dos horas de cháchara comiendo y conversando con ellos.

Como nos habíamos entretenido tanto en la comida, no nos dio tiempo a ver nada más. A las 16:30 regresamos a por nuestras maletas y pusimos rumbo al aeropuerto. Nuestro avión llegaba a Barcelona a las 20:25, pero el vuelo se retrasó y  aterrizamos a las diez de la noche...

En definitiva, la experiencia nos ha encantado y seguramente volveremos a repetir.






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